27 Ene Personas Altamente Sensibles
Qué significa el término Persona Altamente Sensibles o PAS
PAS corresponde a las siglas de Persona Altamente Sensibles. Este término fue acuñado por la psicóloga estadounidense Elaine Aron para delimitar un nuevo rasgo de personalidad.
Podemos definir a las Persona Altamente Sensibles (PAS) por cuatro rasgos principales:
– Procesa la información de manera profunda
– Tiene alta sensibilidad y sufre sobreestimulación con frecuencia
– Es muy empática y emocional
– Goza de gran capacidad para captar detalles y sutilezas.
Es necesario que se den los cuatro pilares para considerar que una persona es PAS.
Cómo saber que tu hijo es PAS o un NAS (niño o niña altamente sensible)
Lo que diferencia a un niño PAS es que necesita tiempo para procesar la enorme cantidad de estímulos que va recibiendo a nivel visual y auditivo, pero también a nivel emocional.
Suelen ser muy curiosos y mostrar muchas ganas de entender, por lo que en ocasiones pueden llegar a realizar cientos de preguntas sobre cientos de cosas.
Son niños muy sociables, al igual que los adultos PAS, lo que los lleva también a ser muy sensibles a los estados emocionales de las personas de su entorno.
Es frecuente que al llegar a cierta edad muestren preocupación por el sufrimiento en el mundo y la falta de justicia. Presentan una alta empatía y valores, pero también son muy vulnerables y se lo toman todo muy a pecho, llegando a sentirse ofendidos y dolidos cuando, por ejemplo, algún amigo no les habla, juega con otro niño o no le invitan a un cumpleaños. Como familia es importante que estemos pendientes a este tipo de dolor y les ayudemos a hablar sobre su pena y escuchar su historia.
Otra característica de los niños PAS es que les agobia estar en reuniones familiares donde todo el mundo les abracen y les besen; si notas esta conducta en tu hijo tómalo como una señal de su sensibilidad y no como si fuera un maleducado. Cuando observes que ha llegado a su límite es aconsejable respetarlo.
Quizás observes que tu hijo se preocupa mucho por ti, por el bienestar de su madre o de su padre. Puede ser frecuente que te pregunte que te pasa cuando no te encuentres bien, los niños PAS tienen una gran capacidad para captar realidades inmateriales. Si puedes contéstale confirmando su percepción. Es importante hacerle entender que expresar las emociones es algo bueno y sano, y que vale más contar la verdad que ocultarla. Evidentemente no hace falta explicar todo lo que te ocurre, porque puede ser demasiado complejo y doloroso para un niño. Simplemente confirma que te sientes triste o que te duele la cabeza.
Las Personas Altamente Sensibles suelen ser niños generalmente rápidos al entender las cosas. Debido a su gran capacidad de procesar la información de forma rápida e intuitiva.
Muchas Personas Altamente Sensibles (PAS) llaman la atención porque han visto o han comprendido cosas que para otros no son visibles. En ocasiones parecen maduros para su edad; son muy habilidosos descifrando el lenguaje corporal y detectando mensajes ambiguos. Estos rasgos pueden confundirse con altas capacidades. A pesar de que, en muchas ocasiones, las altas capacidades van asociadas a la personalidad altamente sensible, no se deben confundir ambos términos ya que consisten en cosas muy diferentes.
Las Personas Altamente Sensibles (PAS) tienden a saturarse con mayor facilidad, una vez que esto les ocurre ya no pueden procesar más información. Es por esto, que funcionarán mejor en un ambiente con pocos estímulos sensoriales, es decir, con relativa poca actividad, ruido o luces no muy fuertes.
Consejos para tratar al pequeño PAS
Sé comprensivo → Tu hijo lo está pasando mal y no puede gestionar ese exceso de emocionalidad que le tiene desbordado. Procura reaccionar con paciencia, apoyo, calma y apertura en lugar de reaccionar con incomprensión y dureza.
Acéptalo incondicionalmente → Como hemos comentado anteriormente los niños PAS se toman todo a nivel personal y muy a pecho. Si se siente aceptado y querido, le tendremos de nuestro lado y apoyará y aceptará de mejor grado las reglas que dispongamos en su crianza. Sentirse aceptado y querido le transmitirá una seguridad que necesita por encima de todas las cosas.
Establece una rutina → La anticipación siempre será nuestra aliada. Con ella conseguiremos mayor
seguridad y calma. Evitaremos sorpresas innecesarias. Los ritmos fijos le aportarán certidumbre y tranquilidad.
Evita prohibiciones radicales → Siempre que puedas, procura matizar y ser explicativo. En lugar de ¡NO! es mejor decir: «En la cama no se come», «No hay caramelos antes de la comida», «No salgas a la calle con el pelo mojado», etc.
Organiza un plan del día → En relación a la rutina de la que hablábamos con anterioridad, es habitual que el día a día de nuestro hijo implique lugares y actividades diferentes. Para ayudarle a afrontar el día y las nuevas situaciones, es recomendable usar el comienzo del día, por ejemplo, el rato del desayuno, para anticipar las actividades de la jornada. Si le avanzamos qué va a pasar en cada momento del día y los lugares a los que tendremos que acudir, estaremos facilitándole la gestión emocional relacionada con los posibles momentos de incertidumbre. Afrontará el día con más calma y menos estrés.
Huye de las prisas → La mayoría de las Personas Altamente Sensibles necesitan su tiempo, sobre todo por las mañanas, cuando se tienen que levantar, lavar, vestir y desayunar. Para el niño PAS es muy importante que ese ritual sea pausado. Recuerda que, como PAS, se estresa con mucha facilidad y que ese mismo protocolo matinal lleva en sí mismo varias obligaciones. Entre actividad y actividad (lavarse, vestirse…), conviene que haya una pequeña pausa. Es preferible que se levanten un poquito antes y puedan realizar esta rutina con tranquilidad, a comenzar el día a base de prisas y enfados.
Marca los tiempos → Seguimos haciendo hincapié en el tema de la anticipación y la delimitación de tiempos. Siempre que tengas claro cuándo hay que realizar una actividad y cuánto tiempo tiene para ello, acláraselo de antemano para que lo tenga en cuenta él también. No está de más avisarle de vez en cuando del tiempo que le queda hasta la siguiente actividad para que se vaya mentalizando. «¡La tía te viene a buscar dentro de diez minutos!», por ejemplo.
Anímale a realizar actividades nuevas → Muchos niños PAS sienten inseguridad y miedo ante las situaciones nuevas. Generalizando, se puede decir que, cuanta más gente esté implicada en la nueva actividad, más le cuesta afrontarla. Por ejemplo, en las fiestas de cumpleaños (para muchos niños PAS un castigo, igual que para muchas PAS adultas), por el exceso de información sensorial como ruido, movimientos, gente desconocida, comida nueva, obligación de «participar», etcétera. Lo mismo puede suceder ante nuevas actividades extraescolares, visitas a lugares desconocidos, a centros comerciales, a médicos, en viajes de vacaciones… Si tu hijo se muestra inseguro y no quiere participar, no le riñas. Reconoce sus emociones y empatiza con él. Propón afrontar la actividad juntos, y si sigue resistiéndose, propón quedaros un ratito más simplemente para ver qué pasa. Ten en cuenta que un niño PAS por lo general necesita más o menos una hora para acostumbrarse a una situación nueva.
Inventa distracciones contra el estrés → En este caso no nos estamos refiriendo a anticiparle la rutina a tu hijo, sino a que te anticipes tú a los posibles problemas que puedan ir surgiendo. Si tú, como adulto, observas que tu peque está a punto de tener una rabieta, introduce rápidamente algún tipo de distracción, como harías en tu propio caso. Sé creativo y piensa en ofrecerle ir a la cocina para picar algo, jugar a algo juntos, leer un libro, dar un paseo…
No menosprecies sus emociones → Si pretendemos establecer con nuestro hijo una relación de confianza y amor, no podemos menospreciar aquello que para él es de vital importancia. Ni el miedo, la inseguridad y la preocupación, ni tampoco las quejas de cualquier tipo que pueda expresar el niño. Es muy importante no ningunear nunca lo que tu hijo te comunica, incluso cuando desde tu perspectiva de adulto creas que está exagerando. Su realidad es su realidad y punto. De tu delicadeza dependen su autoestima y la confianza en sí mismo cuando sea mayor.
Marca ciertos límites → Un niño altamente sensible, igual que todos los demás, necesita límites. Los límites nos aportan seguridad y nos evitan peligros existentes en el ambiente. Incluso diría que un NAS los necesita más, por varios motivos. Los límites proporcionan orden y el orden da claridad. Como padre/madre es importante mantener estos límites en todo momento. No conviene ser un día más permisivo que otro, por ejemplo, porque estás cansado. Aparte de eso es importante que el niño —como todos los niños— aprenda desde edad temprana a distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo correcto y lo incorrecto, entre la verdad y la mentira. Elige cuáles son los límites esenciales en tu familia y mantente firme a la hora de llevarlos a cabo.
Valora su sensibilidad → Si tu hijo ha nacido con el «don» de la sensibilidad, no intentes cambiarle. Nada de «corregirle» para que sea menos sensible y más duro o fuerte. Envíale el mensaje de que ser sensible es bueno, algo bien visto y valorado, y así el niño podrá desarrollar cualidades como la empatía, la capacidad de asombro, el interés y la curiosidad sana. No ningunees sus emociones y ayúdale a equilibrarlas y expresarlas mediante el baile, la música, la pintura… Ayúdale en los contactos sociales, dosificándolos y valorando las señales de cansancio y de sobreestimulación. Hazle saber que puede contar contigo y con tu apoyo incondicional.
Y, sobre todo, recuerda, es genial conocer más acerca de la condición de nuestro hijo/a, eso nos ayuda a tener herramientas con las que ayudarle en su día a día y también a gestionar mejor ciertos momentos conflictivos. Pero, no olvides que, antes que NAS o PAS, es tu hijo/a, y lo que pedirá de ti como padre/madre será amor incondicional y no sentirse juzgado en ningún momento.