Podemos considerar que la adultez es la etapa comprendida entre los 18 y los 60 años aproximadamente. Durante este período, se alcanza la plenitud del desarrollo biológico y psíquico de la persona. Se consolida el desarrollo del carácter y la personalidad, los cuales presentan una cierta firmeza y estabilidad. Por lo que consideramos la edad adulta como una extensa etapa dentro del ciclo vital, que podemos dividir en dos:
El psicólogo puede ayudar a la persona adulta de dos formas:
Cuando nos encontramos ante un problema o una situación difícil intentamos utilizar los recursos de los que disponemos. Primero recurrimos a nuestro propio esfuerzo e inventiva; cuando esto no funciona, le explicamos nuestro problema a algún familiar o amigo. Pero cuando este recurso también nos falla es el momento en que nos planteamos: ¿quién nos puede ayudar?
No es necesario tener muchos problemas para ir al psicólogo. Tampoco hace falta pasar por una situación muy difícil. A veces son las pequeñas cosas las que nos pueden estar provocando un continuo malestar que, a pesar de no ser muy intenso, reducen nuestro bienestar y por tanto nuestra felicidad.
Algunas de las dificultades donde podría intervenir un psicólogo para mejorar o ayudar a manejar el sufrimiento son: